Fuente: http://lucascarrasco.blogspot.com/
Lo banco a Delía, qué tanto. Acaba de salvar el gobierno.
Me explico: cuando sucede que se van articulando distintas demandas –incluso contradictorias o antagónicas- detrás de una expresión, en este caso “el campo”, y esa expresión va adquiriendo su propia mística, esto puede arrastrar a sectores sociales diversos, muy diversos. Empieza una ola. Con su propio ritmo, su propia dinámica, su margen de incontrolabilidad, su momento de no-representación, su momento no institucional. Luego, vendrá el momento de la institucionalización de la demanda, donde los grupos mejor organizados y preparados y con mayores recursos políticos, económicos, sociales, institucionales, se apropien de la demanda, la conduzcan, dejen un pedazo de demandantes afuera y modifiquen el escenario. Esa ola acaba de chocar contra una piedra tosca, rugosa, imporosa y opaca. Medio negrita, si quieren. Sin esa piedra, sin que la ola se rompa, lo que podía suceder es que el poder político de la presidenta, conseguido a través de las urnas hace pocos meses se pierda en horas.
El choque de la ola contra la piedra, como sabemos todos los que veraneamos asiduamente en Punta del Este o Cancún, es un momento donde el agua salta, la ola parece tener mayor volumen y altura, mayor consistencia incluso.
Pasado ese momento, la fuerza de la ola se va, circularmente y desde abajo, hacia atrás. Hay un reflujo. . El reflujo llegará. De cualquier modo, el nudo del lockaut está en la estrategia de desabastecimiento. Su posibilidad de continuidad. No en los que fueron a la plaza de mayo en La Ciudad. Estos últimos, sin embargo, son los que portan con la “legitimidad” de clase, unitaria, de gente bien y sofisticada para articular las distintas demandas y dar vuelta el lockaut para hacerlo parecer un paro de pobres chacareros.
Por cierto, en el marco de alianzas del kirchnerismo, Delía queda debilitado en los sectores progresistas, que no se aguantan ni aguantarán lo que está pasando. Tal vez (y perdonen la soberbia) confunden lo que les gustaría que suceda con el escenario planteado por la oposición. Este escenario es el del desabastecimiento, el corte del tráfico de mercaderías, la disputa al interior de la cadena agroindustrial (por caso, hoy ví que la cosecha de sorgo no se para ni por puta, si está por llover, ahora los pollos de Crespo que se jodan) y el desabastecimiento. Este escenario comenzaba ayer a articularse con demandas más amplias y complejas, con demandas de eco histórico.
Delía, al ponerle el cuerpo (y Depetri y Tumini y Pérdisco) hicieron también eso: poner otras demandas, otra historia, otros reclamos, otros sujetos, para romper la ola.
La ola, parece, se rompió. Ahora hay que retomar la iniciativa.
Fuente: http://lucascarrasco.blogspot.com/